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Sadako Sasaki y las mil grullas de papel: una historia de esperanza y trascendencia

La historia de Sadako y su búsqueda de paz y curación ha inspirado a personas de todo el mundo.

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Sadako Sasaki y las mil grullas de papel: una historia de esperanza y trascendencia

Sadako Sasaki, una niña japonesa de 11 años, se convirtió en una de las tantas víctimas de la devastadora bomba atómica lanzada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945. Su valiente historia y su incansable lucha contra la leucemia han dejado una huella imborrable en la memoria de todo el mundo.

El día en que la bomba explotó, Sadako tenía tan solo dos años. El impacto de la explosión la expulsó por la ventana de su casa, sumergiéndola en una nube de destrucción y muerte. A pesar de perder a su madre y de sufrir graves quemaduras, Sadako logró sobrevivir.

A medida que crecía, Sadako llevaba consigo las cicatrices físicas e invisibles de la guerra. Sin embargo, su vida siguió adelante y parecía normal hasta que un día, mientras corría en una pista, sintió una extraña hinchazón en su cuello. La preocupación surgió en su madre al ver la inflamación y decidieron ir al médico.

Desafortunadamente, los resultados médicos revelaron que Sadako sufría de leucemia maligna de las glándulas linfáticas. La madre de Sadako, devastada por la noticia, lloró al enterarse de que su hija solo tenía un año de vida.

En el hospital, Sadako conoció a una mujer que le contó una antigua leyenda japonesa. Según la leyenda, si alguien doblaba mil grullas de origami, los dioses le concederían un deseo. Esto inspiró a Sadako a intentar doblar las mil grullas con la esperanza de curarse.

Los anhelos de Sadako

Dedicó su tiempo en el hospital a doblar grullas de papel, usando cualquier tipo de papel que pudiera encontrar, incluso envoltorios de medicamentos y papel higiénico. A medida que la noticia de su historia se difundía, otros niños enfermos de radiación se unieron a ella en su deseo de completar las mil grullas.

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Fotografía de Sadako junto a su padre en julio de 1955, meses antes de su muerte. Foto: National Geographic

Muerte de Sadako Sasaki

Desafortunadamente, Sadako no logró cumplir su objetivo. Murió a los 12 años, habiendo doblado solo 644 grullas. Sin embargo, los otros niños continuaron doblando grullas en su memoria y todas ellas fueron enterradas junto a Sadako en su funeral.

La historia de Sadako y su búsqueda de paz y curación ha inspirado a personas de todo el mundo. En el Parque de la Paz de Hiroshima, se erigió una estatua en forma de grulla en su honor. Cada año, el 6 de agosto, miles de personas visitan la estatua y dejan grullas de origami como símbolo de paz. En la base de la estatua se puede leer la leyenda: “este es nuestro grito, esta es nuestra plegaria: que haya paz en el mundo”.

La historia trágica de Sadako Sasaki nos recuerda las terribles consecuencias de la guerra y nos inspira a luchar por un mundo mejor, donde la paz sea una realidad.

En el Museo Memorial de la Paz en Hiroshima, se exhiben las grullas originales hechas por la niña. Foto: National Geographic.
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